En la actualidad ya existen propuestas sobre trazabilidad de productos, sobre todo en relación con el sector salud. Como ejemplo, en los Estados Unidos, desde enero de 2015 entró en vigor “The Drug Quality Security Act (DQSA)”, una legislación que busca crear un sistema electrónico de rastreabilidad para los medicamentos. Todos los medicamentos que se expendan en ese país deberán contar con un código de dos dimensiones y ciertas leyendas que permitan registrar el camino que sigue un medicamento hasta llegar al paciente.
Los productos Domino Printing pueden incorporar sistemas de validación para el cumplimiento con las normativas GMP y 21-CFR parte 11, legislaciones importantes en la industria farmacéutica para lograr Buenas Prácticas de Fabricación Automatizada (GAMP por sus siglas en inglés).
Este tipo de iniciativas fácilmente se extenderán a otros segmentos industriales. Por ejemplo, los grandes fabricantes de alimentos pueden reaccionar a alarmas sanitarias replicando el riguroso sistema de control de calidad y la trazabilidad del sector farmacéutico. Basta con ver el “Food Safety Modernization Act” que el gobierno de los Estados Unidos, a través de la FDA, está implementando para tener una idea de los cambios por venir, especialmente para los exportadores hacia dicho país.
Contar con elementos de trazabilidad mediante la serialización también ayudará en industrias altamente susceptibles a la falsificación. Por ejemplo, en productos como licores, perfumes y autopartes de reemplazo podemos esperar la implementación de este tipo de sistemas, en donde se combinan las capacidades del codificador con bases de datos y sistemas de gestión.
El embalaje de Validación de Domino Printing utiliza plantillas de tests de protocolo genérico comunes, que están dirigidas y hechas a medida para satisfacer las necesidades específicas de los clientes. Si se requiere de la verificación del código de barras, Domino Printing puede suministrar la gama de equipos de verificación estándar ISO.
Las iniciativas de trazabilidad no necesariamente vienen de los gobiernos. Estas pueden ser voluntarias. Por ejemplo, en el Reino Unido, hace unos años hubo una alarma sanitaria en torno a los huevos. Inmediatamente, los productores y comercializadores, por su propia iniciativa, decidieron imprimir un código en cada huevo fresco que se introducía al mercado. No fue una medida gubernamental, sino la iniciativa de los mismos fabricantes.
En todos estos casos se esperaría la definición de estándares no sólo nacionales sino al menos regionales, y de preferencia mundiales. La labor que los organismos como GS1 desarrollen en los siguientes años será fundamental para la estandarización de métodos y formatos y con ello lograr mayor productividad y niveles de eficiencia.